Encontrar mi lugar en el mundo no fue fácil, y supongo que para vos tampoco. Lo difícil es arrancar. Adquirir la valentía suficiente para escucharte, entender qué querés, cómo lo querés, qué estas dispuesta a soltar para que los deseos se vayan acercando. Y esta tarea se complica porque nuestros roles se van modificando. Pasás de ser la hija de, a la mamá de, la chica que va sin grandes expectativas a un curso de orientación vocacional a una psicóloga entusiasta. Y así con todo lo que fuimos y todo lo que somos.